Nueva especie, que representa el paso del Australopithecus afarensis al Paranthropus boisei. Descrita a partir del fósil de un cráneo, datado en 2,5 millones de años de antigüedad, encontrado en 1985 por Alan Walker a orillas del lago Turkana, en Kenya. A este fósil se le denominó el “cráneo negro” por el color que presentaba tras absorber los minerales del suelo. El cráneo presentaba una elevada cresta sagital hacia la parte posterior del cráneo y una parte inferior del rostro que sobresalía con respecto a la frente. Esta especie intermedia presenta rasgos propios de los Australopithecus (cara protruyente, capacidad craneal pequeña de 410 cc y cresta craneal posterior) y anuncia los que van a caracterizar tanto al Paranthropus boisei, como al Paranthropus robustus (cresta sagital prominente y grandes dientes masticatorios).
Debió vivir en un medio ambiente más seco que los Australopithecus aunque no parece que fuera un ambiente pleno de sabana. Vivió hace entre 2.7 y 1,9 millones de años en el África Oriental.
Ilustración de Mauricio Antón, en La especie elegida |
Tenía poderosos músculos masticadores que se sujetaban al cráneo gracias a una prominente cresta ósea similar a la de los gorilas y una parte inferior del rostro que sobresalía con respecto a la frente. Esta cresta es imprescindible para que la enorme musculatura facial pueda sujetarse en el hueso del cráneo. El Paranthropus aethiopicus tenía una dieta estrictamente vegetariana.