Pruebas de acceso a facultades, escuelas técnicas superiores y colegios universitarios

"Podemos hablar, por tanto, de un imperio espiritual románico, formado por diversos estados y naciones. Los lazos de unión son las órdenes religiosas cluniacenses y cisterciences y las peregrinaciones a Roma y Santiago de Compostela. Tales peregrinaciones fueron el vehículo de tendencias culturales, planes arquitectónicos y programas decorativos.

...La mayor parte de los monumentos románicos son religiosos. Los edificios expresan una gran mansedumbre de espíritu. Son ordinariamente sombríos, macizos, muy aptos para la meditación recogida. Podría decirse que encarnan el misticismo,..."

Martín González, J.J. Historia del Arte. Madrid 1974.

La evolución del pintor y la evolución de la sociedad española recorren caminos similares. En ambos se produce una crisis radical que transforma el modo de pintar y la estructura social, respectivamente; en ambos una misma y penosa situación; en ambos una crítica de lo establecido. ...La crisis no se produce solo en la sociedad española: la célebre enfermedad del pintor coincide con las alteraciones revolucionarias francesas, ...de hondas consecuencias políticas en España. No es sólo la crisis de un país: el balance de los últimos años del siglo XVIII, es la deseperación, en ocasiones violenta de una forma de vida que había quedado vacía de todo contenido; es el comienzo de triunfo de la burguesía y el cambio de las estructuras y sociales y, con ellas, de las ideas, los valores, los juicios; es la aparición del Nacinalismo - en Francia de manos de la revolución; en España, de manos de la guerra de la independencia, y las Cortes de Cádiz - y del constitucionalismo, la caída definitiva del absolutismo, etc.

Valeriano Bozal. Historia del Arte en España II. Desde Goya hasta nuestros días. Madrid, 1973.

...es ya un tópico etiquetar a Goya como el retratista de moda de la sociedad madrileña de la década de los 80. ...La inmensa mayoría de la nobleza no se interesó por el pintor, tal vez, al principio, por ser excesivamente vanguardista, y después pasado de moda. Solamente un reducido número la consideró con talento y le apoyó decididamente, como los Príncipes de Asturias, después Reyes...

La afición a retratar a cómicos y toreros no deja de ser reveladora de esa relativa falta de favor entre la Grandeza. Su reputación parece mejor establecidas entre escritores y políticos, seguramente por razones ideológicas, que suelen dominar en ellos a las puramente estéticas. En cualquier caso, y mientras avanza en su edad y su pintura (cada vez más honda, menos pintoresca, más "negra" en lo cromático y en lo moral, más espesa y expresiva en pinceladas y pasta) van aumentando los retratos que pinta gratis o por escaso dinero.

Gállego, J. Goya en las coleciones madrileñas. Madrid, 1983.