En la película de 1968 El planeta de los simios, tres astronautas llegan a un planeta en el que los simios son la especie dominante y los humanos, meras bestias incapaces siquiera de hablar.
En la escena final, el protagonista encuentra los restos de la estatua de la libertad, descubriendo así que el planeta de los simios es en realidad la Tierra, a la que los astronautas han llegado en un futuro muy distante de su partida.